lunes, 3 de septiembre de 2007

.. Y vuelta al trabajo

O más bien, al país de los caprichos de mi jefe.


Hoy hemos llegado y nos hemos encontrado una notita preciosa en la puerta del laboratorio. Además de hacer realidad las amenazas hechas en julio, había más cosas.

- Fichar casi hasta para ir al baño, y por supuesto, prohibido el almuerzo.

- Prohibido cualquier posible fuente entretenimiento: ordenadores (y por extensión, internet y correo electrónico=, tv (nunca tuvimos, pero por si acaso), radio, periódico, etc

- Prohibido usar el teléfono del laboratorio para cosas ajenas al trabajo (esto es normal, sí), y cuasi-prohibido hablar por el móvil: a la segunda vez que se pille a alguien hablando, se le obliga a apagarlo al entrar...

- Informes semanales y trimestrales, por supuesto, a ordenador.

Y al que no cumpla le espera el despido inmediato por "manifiesta mala fé hacia la empresa".

Por suerte para mí, estas medidas sólo son para los becarios de empresa y no para los doctorandos, así que me escapo. Eso sí: mis compañeros están bien indignados con el jefe, y por supuesto esta tarde han ido a hablar con él. Lo más fuerte de todo es que es capaz de justificarlo todo (desde su punto de vista, claro), y decir todavía que les está haciendo un favor...

Así es la vida.

Y se acabaron las vacaciones

15 días después de partir, volví. Al final, 3200 km en total:

Murcia-Ferrol-Avilés-Gijón-Santander-Tolosa-San Sebastián-Pamplona-Zaragoza-Teruel-Murcia.

Todo un viajecito, casi a la aventura: al salir de casa sólo tenía buscado alojamiento en Ferrol (hostal) y Tolosa (en casa de mi tío). Y al principio el retorno después de Pamplona era directo a casa.

Lo demás fue saliendo durante el viaje: Alojamiento en Avilés (al principio sólo iba de paso, pero ya de camino me enteré que Gijón estaba en fiestas y era casi imposible encontrar alojamiento allá), un profesor de la carrera que me encuentro en Asturias, una batería nueva para mi coche en Tolosa, y por supuesto, la comida en Zaragoza y la noche extra en Teruel (a parte de las otras 3 que perdí en Tolosa gracias a la batería).

Eso sí, el viaje lo disfruté de lo lindo.