jueves, 31 de julio de 2008

Recapitulemos

Hace ya varios meses que dejé (forzosamente) mi "trabajo" en el grupo de investigación de carbohidratos, pero dado que la matrícula del máster ya estaba pagada, seguí adelante con el máster.

Tuve que cambiar de departamento para buscar una tésis de máster, y al no tener beca, pedir el préstamo renta universidad para subsistir estos meses. Pensé que sería una etapa corta, apenas unos meses, lo suficiente para terminar mi máster y buscar un trabajo.

Llegué pidiendo el favor de que me dejaran trabajar con ellos para sacar una tésis de máster, sin intención de cobrar nada, subsistiendo a base del préstamo y un trabajo por internet. Eso implica mucho trabajo, y apenas nada de tiempo para mí. Y por supuesto, nada de viajecitos de los míos ni otros lujos.

Pero una vez más he tenido suerte. Una suerte increíble: el cambio ha sido como pasar del infierno al cielo: he encontrado nuevos jefes, nuevos compañeros, y también nuevas líneas de trabajo. Los compañeros, geniales; los jefes, estupendos: hasta insistieron en pagarme algo de dinero (eso sí, simbólico, lo justo para desplazarme de casa al laboratorio, pero es algo que se agradece, y mucho). Y el trabajo, bueno, no demasiado interesante, pero suficiente como para como para que mi labor haya "gustado". Según palabras de mi nuevo jefe, están muy satisfechos con mi trabajo, y hace un mes, me hizo una oferta (aquella que no podía rechazar): iba a convocar una beca de formación para sacar el doctorado con ellos, y si me interesaba, sería para mí.

Por supuesto, la respuesta fue sí.

Ahora, la oferta ya se ha materializado, la beca ha sido convocada; el plazo ya se ha cerrado, y desde el martes, la resolución está dictada. Es mía. Aún no me lo han comunicado oficialmente, pero mucho tiene que fallar cuando una profesora, un catedrático y un vicerrector me han felicitado por la beca.

Por fin, puedo volver a mi ritmo. Ya he dejado el trabajo por internet (la beca prohibe realizar cualquier otra actividad remunerada). Los dos últimos fines de semana he estado en Málaga y en una casa rural en la montaña, y el próximo fin de semana me espera Torrevieja. Y después, un mes de vacaciones. Ninguna tarea pendiente, después de varios meses de trabajar más de 50 horas semanales.