Insomnio
La vida cambia, pero siempre hay cosas que vuelven una y otra vez.
Y aquí estoy: a las 3 de la madrugada, sentado en la cama con el portátil, sin poder dormir, escribiendo en un blog del que sólo me acuerdo ocasionalmente; mientras Ingrid Bergman dice Play it Sam, play "As time goes by", los pensamientos vuelan por derroteros que marcan la imaginación, la fantasía y, por qué no decirlo, los deseos.
Al mismo tiempo, mis dedos vuelan por el teclado, pulsando teclas aquí allá, sobre todo "por allá", por donde la tecla de retroceso, mientras intento, sin demasiado éxito, decidir qué palabras serán las que finalmente queden impresas en esta entrada. Sam, I thought I told you never to play... y el resto de la frase se pierde para siempre... como las divagaciones que no me convencen.
Escribo por escribir. Quizás, porque las palabras que quisiera decir se niegan a ser escritas, al igual que se niegan a ser pronunciadas. Quizás porque no tenga sentido decirlas. Quizás porque no me atreva.
If she can stand it, I can. Play it! Y mientras los recuerdos de Bogart viajan por el París de su pasado, mis pensamientos hacen lo propio por el mío, mucho más cercano, eso sí.
La carrera de ayer, las salidas a correr durante las últimas semanas. El "trabajo", la Universidad, mis compañeros, los demás... a veces incluso un poco más lejos. Lo cierto es que en las últimas dos semanas he tenido un popurrí de circunstancias relacionadas con diferentes periodos a lo largo de muchos años. Y lo que me queda.
Pensamientos al vuelo, vueltas en la cama. Más pensamientos, más vueltas, ahora sin cama. Tal vez sea sólo una coincidencia. Tal vez no: tal vez una cosa sea consecuencia de la otra, o tal vez la otra sea la consecuencia de la primera. No lo sé.
De lo que estoy seguro, es que averiguarlo será más difícil que colocar a Wally en la salida de la carrera. Y por supuesto, aún mucho más que encontrarlo.
Aunque tengo una pista importante de lo que me pide el cuerpo. Y tal como me conozco, sé que va a ser un error. Lo confirman los detalles que, caprichosos, van y vienen mientras me debato inútilmente entre el sí y el no. La prudencia y el sentido del ridículo (¿miedo?) dicen no, la impaciencia y, por qué no, el deseo, dicen sí.
Tal vez, y sólo tal vez.
(... I think this is the beginning of a beautiful friendship).