miércoles, 8 de octubre de 2008

Free as a bird

Tengo ganas de reír.
Tengo ganas de llorar.
Tengo ganas de gritar.
Tengo ganas de saltar.
Tengo ganas de echar a corre y no parar.

Hoy he roto con el pasado, ese pasado aciago que hace poco menos de un año me ponía en la calle. Ese pasado que hace nos hundía la moral cada día, a mí y a mis compañeros.

Hoy, no sólo he defendido mi tesis de máster, sino que lo he hecho ante un tribunal presidido por mi antiguo jefe, compuesto por él, otro profesor, que aunque severo, es justo, y otro profesor al que sólo conocía por su fama de arbitrario: tanto suspende como aprueba a gente basándose únicamente en su impresión.

Me habían contado lo bajo que habían puntuado en la convocatoria de junio, en especial a los alumnos de otro departamento (los tres pertenecen al mismo). Me habían dicho que mi jefe no guardaba ánimo de ensañarse conmigo, pero también sabía que no se lleva nada bien con los otros miembros del tribunal.

Pero sobre todo, estaba inquieto por mí: temía meter la pata, "atascarme", o decir algo erróneo.

Y sin embargo, hice la presentación, algo nervioso, y quizás un poco más apresurado de lo que me hubiera gustado, pero la hice.

Contesté a sus preguntas como mejor supe, aunque en algún caso eso fuese contestar con lo primero que se me ocurrió.

Pero les gustó. Cada miembro del tribunal (por supuesto, cada uno por su lado), me felicitó, tanto por el trabajo (a pesar de que no supone un gran contenido científico), como por la presentación: bien redactado, claro, y bien explicado.

También mis compañeros y tutores me han felicitado, y al final, me he llevado un 9.5 en mi tesis de Máster.

Pero lo que es más importante, he dejado definitivamente atrás los últimos lazos "oficiales" que de alguna manera aún me unían a mi antiguo jefe.

Ahora vuelvo a ser doctorando, esta vez, con una beca "de verdad", en un buen grupo de investigación, donde se hacen cosas interesantes, y donde tanto los jefes como los compañeros son simplemente geniales.

miércoles, 1 de octubre de 2008

Y van dos veces...

... aunque esta vez no ha sido mi jefe (al fin y al cabo, a todo jefe le gusta presumir de su personal.

Esta vez ha sido uno de los miembros del tribunal de la tesis de ayer el que me ha puesto por las nubes. Y que un experto a nivel nacional diga que le has impresionado, impresiona (valga la redundancia).