martes, 10 de junio de 2008

Cómo cambian los tiempos...

Hacía bastante que no me iba de quedada con gente del irc, pero el pasado fin de semana volví a irme por ahí. Cómo no, a mi manera: charlando con alguien, medio en broma medio en serio, terminé apuntándome a una futura quedada, pensando en que aún no había nada decidido y probablemente fuera para después del verano. Eso fue hace más o menos 10 días.

Pero el lunes pasado me dicen que la quedada es este finde, que hable con otro amigo para confirmarle si voy. Al día siguiente aún me lo estaba pensando cuando este amigo me abre una conversación para decirme que la cosa va ajustada con las camas, que hay que confirmarlo cuanto antes. Así que me apunte.

El viernes me tomé la tarde libre, y a las 4 de la tarde estaba de camino hacia la casa rural. Casi todos los demás ya habían estado allí antes, pero yo no, y aún así llegué sin problemas: una bonita casa rural, aislada en medio de un olivar. Y toda ella para nosotros.


Entre cartas, consolas (sí, tuvimos un par de Wiis y una PS3... manda narices, cómo han cambiado las cosas desde mis primeras quedadas), buenas comidas, copas, baloncito y demás, lo pasamos estupendamente aunque apenas conseguí dormir un puñado de horas entre el viernes y el domingo.

Y para rematar el fin de semana, el domingo por la mañana, paintball. Nunca había jugado, y lo pasé de maravilla. Eso sí, siempre a mi manera: en la última ronda nos quedaban pocas municiones, y no íbamos a comprar más, así que decidimos jugar con lo que nos quedaba. Yo tuve suerte, y conseguí eliminar a 3 de los 4 jugadores del equipo rival infiltrándome por entre ellos y sorprendiéndolos por la espalda, sin disparar una sola vez (nos recomendaron que si conseguíamos acercarnos a 5 metros no disparásemos, porque hacía mucho daño, y simplemente nos dijésemos que estamos eliminados). Y al regresar, mientras vigilaba la bandera y mis compañeros "cazaban" al último contrario, tropecé, se me cayó la pistola, y todas las municiones que me quedaban fueron a parar al suelo. Por suerte uno de mis compañeros me cedió algunas para poder terminar el juego.

En fin, al final, me lo pasé estupendamente todo el fin de semana. Y hasta me traigo algunos moratones de recuerdo del paintball (sí, también me acertaron unas cuantas veces...).

¿Lo peor del fin de semana? El viaje de vuelta (estaba bastante cansado, me dolía todo el cuerpo... y me hago mayor, ya no aguanto lo que antes), y sobre todo, que es posible que hasta me hayan pillado 2 veces con el radar, ambas por despiste, y me da mucha rabia, porque hasta ahora nunca me había pasado.

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