sábado, 20 de diciembre de 2008

Ayer noche, a las tantas, volvía a casa después de una de las tantas cenas que hemos organizado en los últimos meses. Para reducir la probabilidad de encontrarme con controles de alcoholemia, elegí el trayecto de la autovía.

Tal vez sea por las fechas que son, tal vez por el cansancio, pero apenas había subido a la autovía me invadió una sensación de déjà vu, de familiaridad y añoranza de esa escena: una atuovía de noche, luz de farolas sobre el asfalto, y un largo camino por delante, aunque en esta ocasión sólo se tratara de un par de kilómetros.

Lo extraño del caso es que hace bastante que no viajo de noche, pues casi siempre suelo hacerlo de día, aunque aún así, tengo que admitir que sí que hace bastante que no viajo, y que me apetece hacer una escapada a alguna parte, pues este año apenas he "salido".

Tal vez el año que está próximo a entrar me traiga más viajes; tal vez a sitios donde alguien me espere, o quizás incluso con alquien en el asiento del copiloto.

No hay comentarios: