martes, 22 de agosto de 2006

Renacer

La vida de una persona cambia contínuamente. Algunos de estos cambios se ven llegar, pues están sujetos a fechas y momentos concretos, como las sucesivas decisiones que tomamos cuando crecemos y elegimos qué queremos estudiar, o si queremos dejar de hacerlo para buscar un trabajo.

Estas decisiones marcan nuestro futuro, abriendo unas puertas y cerrando otras, unas veces para siempre, otras no.

Sin embargo, otras veces los cambios se producen en el momento menos esperado. Suceden cosas que nos afectan en mayor o menor grado, y que también afectan al futuro de nuestras vidas.

Uno de estos cambios repentinos que afecta a la vida de muchísimas personas es el enamorarse. Y no menos importante es el cambio contrario: romper. Y ahí estoy yo.

Desde hace cerca de 3 años, éramos dos. Por las circunstancias, siempre juntos desde muy pronto. Y de repente, se acabó, sin opción a vuelta. Queda la confianza, queda la amistad, profunda y sincera, y sobre todo, quedan los recuerdos, más y menos felices, pero llenos de enseñanzas.

Ahora toca renacer, olvidar muchas de las costumbres adquiridas estos años, y recuperar algunas de las viejas, retomar contactos que se han perdido, abrirse a nuevas experiencias, volver a acostumbrarse a estar solo. Pero sobre todo, comenzar de nuevo a andar hacia adelante.

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