lunes, 28 de abril de 2008

No voy a arreglar su ordenador.


Sí, lo ha vuelto a hacer. A pesar de haberle dicho que me molesta muchísimo, lo ha vuelto a hacer.

Esta vez se ha colado en mi habitación y me ha colocado el teléfono inalámbrico en la mesa, junto al teclado, como quien no quiere la cosa. Y mientras se iba, me dice:
- "Si llaman, cógelo, que es para ti".
Y yo flipando: no suelo recibir muchas llamadas, y de las pocas que recibo, ninguna es al teléfono de casa. Y nunca, nunca, nunca avisan de que me van a llamar. Así que pregunto.
- "¿Cómo que para mí?".
- "Sí, para ti". - En ese momento, ya estaba al otro lado del descansillo.
- "¿Pero cómo que para mí? ¿Quién me va a llamar?".
Silencio. Ya me olía a chamusquina, y la sorpresa se iba transformando en mosqueo.

Y efectivamente. Me iba a llamar un amigo suyo "para preguntarme algo". Un amigo al que no conozco de absolutamente nada, y al que, una vez más, mi madre le había dicho que me llamara para que yo le solucionara su problema informático. Por eso la retirada preventiva: pa mí el muerto, aunque no me haga ni puñetera gracia.

A pesar de que le he dicho como un millón de veces que no lo haga, que me enerva profundamente que vaya por ahí diciendo a sus amigas que si tienen problemas con el ordenador yo se lo arreglo, y que me molesta una barbaridad que me "alquile" por las buenas a gente que no conozco.

Pero a ella le da igual. Lo sigue haciendo. Le debe parecer divertida la cara de 50% cabreo / 50% gilipollas que se me queda cuando me dice "Te va a llamar fulanit@ para que le arregles esto", o "Este fin de semana, cuando tengas tiempo (que quiere decir "cuando a mí me venga en gana decidir que no tienes nada mejor que hacer"), nos vamos a casa de menganit@ y le arreglas el ordenador".

Al fin y al cabo, si yo me ofrezco a echarle una mano con el ordenador a mis amigos, ¿por qué no me iba a poder ella ofrecerme para hacer lo mismo para los suyos? Qué más da que yo ni los conozca ni los quiera conocer.

Por suerte, al final su amigo no ha llamado. Y menos mal, porque estaba considerando muy seriamente las opciones de colgar según llamara, o de cogerlo y decirle que lamentándolo mucho, no voy a arreglar su ordenador a pesar de lo que dijera mi madre. Aunque ahora estoy considerando otra opción: pasarle la factura a mi madre. Seguro que si le pesa en el bolsillo la próxima vez se lo pensará dos veces antes de volver a "alquilarme".

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