viernes, 25 de abril de 2008

Por el canto de un euro

Por el canto de un euro. O por la cara, mejor dicho (la cara de un euro, se entiende). Por esa pequeña diferencia no me he llevado la Matrícula de Honor en una asignatura del máster.

La asignatura es común a tres másteres, y de los cuatro matriculados, dos eran de másteres diferentes, y los otros dos, eramos del mismo. Y sólo se puede conceder una Matrícula por Máster, por lo que había tres Matrículas a repartir. Los que eran los únicos en sus Másteres las tenían garantizadas, pero yo me la disputaba con otra chica: uno tendría la matrícula, y el otro, sobresaliente.

La diferencia es pequeña: como no hay curso siguiente, la Matrícula no sirve de nada (no puede haber gratuidad de nada), y en cuanto a nota, tampoco hay diferencia: a los dos nos pondría un 10.

Las opciones para dirimir la cuestión eran dos: o hacer un trabajo, o un examen. Lo del trabajo era quizás lo menos apetecible, pues implicaba gastar bastante tiempo buscando información y redactarla, y tiempo es algo que no sobra, precisamente; pero del examen tampoco era mucho mejor, estudiar para luego hacer un examen en el que la mínima diferencia de calidad definiera la nota (aunque fuera contestar a dos preguntas y el otro sólo a una)

Al final, diplomáticamente optamos por el examen, pues siempre podíamos presentarnos sin estudiar nada, y según sugerencia del profesor, si llegábamos a ponernos de acuerdo entre nosotros sobre quién se quedaba la Matrícula, el otro no tenía más que entregar un examen en blanco, pues no perjudicaría a su nota en la asignatura.

Pero según salíamos del aula, hemos seguido hablando, y al final, como a los dos nos daba igual quién se llevara la matrícula, lo hemos decidido a cara o cruz (y yo perdí).

Así que nos fuimos al despacho del profesor y le dijimos que ya lo habíamos decidido entre nosotros, que no había necesidad de examen, y que así le ahorrábamos la molestia de inventarse y corregir el examen, y nosotros nos ahorrábamos el tiempo de estudio.

A él le ha sorprendido. Yo diría que hasta le he notado algo de decepción en el rostro cuando se lo hemos dicho, pero tampoco ha puesto pegas.

Y con eso, el tema hubiera quedado cerrado, pero es que al volver al laboratorio, otra de las compañeras nos comentó que un profesor de otra asignatura le había dicho que en el máster no podían concederse Matrículas de Honor... así que probablemente al final todos tengamos Sobresaliente.

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