miércoles, 13 de septiembre de 2006

Odio a mi jefe

Qué típico, ¿verdad?

Pero no por ello es menos cierto. Ya la semana pasada tuvimos nuevas muestras de cómo es cuando se estresa: todo va mal, sois unos vagos, sois unos inútiles, esto me pasa por contratar a gente ya formada...

Luego se relajó y volvimos al "buen rollito" de siempre. Pero por supuesto, nada de disculparse o retractarse de lo dicho.

Ahora ha vuelto a la carga, y esta vez soy yo el único blanco de su frustración. Tenemos pendiente una inspección de un proyecto, para finales de este mes, y ahora mi jefe está reuniendo los datos del trabajo de todo el año pasado.

Tanto ayer como hoy ha estado revisando un informe que está hecho desde mayo... y que obviamente no ha mirado desde entonces.

Para empezar, ha detectado un par de errores por mi parte: un fallo de cálculo, y la falta de los datos de una de las probetas. Mea culpa, nadie es perfecto, pero de haberlo detectado en mayo, hubiera sido una mera anécdota. Ahora, viendo las orejas al lobo de la inspección, soy el mayor de los inútiles, y literalmente "o me pongo las pilas, o vamos mal".

Pero eso no es todo: como a mi jefe no le han gustado los datos obtenidos, porque no le cuadran con su cábalas preconcebidas, tengo que haberme equivocado al tomar los datos o al organizarlos en el informe. Es decir: yo digo que "A" tiene un valor, y "B" tiene otro, pero como no le cuadran en sus cálculos, pues tengo que haberme equivocado, y "A" tiene que valer lo que yo digo que vale "B", y viceversa. Así en varios casos, pero no en todos. Todo a pesar de que estoy 99.9% seguro de que los datos son correctos (y se lo he dicho), y por supuesto, como esto lo ha descubierto ahora, ya no hay tiempo para repetir la experiencia y demostrarle que las cosas son así (vamos, que si los resultados son una mierda, son una mierda y punto).

Entiendo que necesite que todo cuadre para pasar la inspección, entiendo que si las cosas no salen, uno se desespera y quiere hacer algo para que los datos cuadren. Pero lo que no entiendo es que no pueda confiar en nuestro trabajo, ser sincero y decir "pues si no cuadra, nos lo inventamos", que es lo que ha hecho al final.

Así que ahora mismo me encuentro meditando si puedo trabajar con alguien que no confía en mí. Y lo único que se me ocurre es plantearle la situación tal cual en cuanto haya pasado la inspección, y actuar de acuerdo con lo que salga. Si tengo que dejarlo, lo dejo, aunque probablemente, si se cree lo que ha estado diciendo no tenga que dimitir, sino que él mismo me dirá que me vaya.

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