martes, 5 de septiembre de 2006

Reencuentros

En dos días han vuelto a mí unas cuantas cosas: Compañeros de trabajo, el trabajo, el jefe, mi reciente ex novia y un montón de recuerdos.

Los compañeros, estupendos como siempre. Ya desde el principio nos hemos llevado todos muy bien, conspirando contra el "enemigo" común. Espero que en ese sentido este año sea al menos tan bueno como el pasado, y si no, mejor. La verdad es que tal como empiezan las cosas, el asunto promete.

El trabajo... bueno, el trabajo es el trabajo, y lo cierto es que aún no empezamos a hacer nada. Pero lo cierto es que echaba de menos tener algo que hacer. Sólo espero que las cosas que están en marcha acaben saliendo tal como están planeadas.

El jefe, es el jefe. Nos tuvo más de una hora escuchando sus peripecias en vacaciones, pero qué se le va a hacer... el hombre empieza a chochear y como es majete (cuando quiere), pues hay que hacerle caso.

Y mi ex y los recuerdos... ¿qué se puede decir? En cierto sentido me vuelvo a sentir diferente del resto del mundo: los telediarios llenos de noticias de malos tratos y de asesinatos y suicidios entre parejas que se rompen. Y yo, no sólo no siento ninguna rabia hacia ella, sino que además, aunque ya no haya amor entre nosotros (aquí ponía "por ninguna de las dos partes", pero quizás fuera demasiado optimista...), la sigo queriendo muchísimo, y quiero conservarla como amiga a toda costa.

Por supuesto estoy un poco triste. Se van cosas que han estado a mi alrededor más de dos años, y reaparecen cosas que en su momento fueron importantes y ahora van con los trastos o directamente a la basura... pero sé que es pasajero, que en cuanto los vacíos que han quedado en mi habitación desaparezcan, también lo hará esa pequeña tristeza.

Sobre todo, porque por encima de eso tengo dos alegrías importantes:

La de saber que, a pesar de todo, ella y yo seguimos siendo buenos amigos, que podemos vernos sin sentirnos incómodos, que somos una parte muy importante en la vida del otro, que hay confianza, y que seguiremos en contacto y que volveremos a vernos (lo que es todo un consuelo cuando cada uno vive en una punta del país).

Y también, y no menos importante, el saber que estoy bien, que aunque la echaré muchísimo de menos, mi vida no se acaba aquí, que hay más cosas y más gente en mi vida, que hay mucho por descubrir, y sobre todo, ganas de hacerlo.

No hay comentarios: