lunes, 26 de marzo de 2007

El auténtico hombre-gamba

Ese soy yo. Voy de rojo y blanco por zonas: nuca, frente, brazos y hombros rojos, y el resto, blanco nuclear.

El pasado fin de semana, tras casi un mes de ausencia, volví al montañismo con fuerzas renovadas y estrenando carnet federativo (ahora si me accidento, ya pueden venir a "sacarme"...) y botas montañeras.

En principio habíamos planeado una jornada normalita cerca de Moratalla, pero mientras íbamos de camino decidimos cambiar de planes y subir otro par de picos que nos quedaban de camino, en lugar de los que teníamos previstos. Nada espectacular: unos 1500 metros de altura cada uno, aunque nosotros sólo subiríamos unos 400 metros de desnivel en cada ascenso.

El día empezaba bien: soleado, aunque con un poco de viento, algo frío, que luego se calmó. Desde luego, un día estupendo para hacer una salida... aunque bien pronto nos dimos cuenta de nuestro gran error: olvidar meter en la mochila el protector solar.

Con nuestro buen humor habitual comenzamos a subir, y al cabo de una hora estábamos en nuestra primera cumbre, desde donde teníamos una vista estupenda, como atestigua la foto:


Un breve descansito, y bajamos rumbo a nuestra segunda cumbre, que no tardamos demasiado en alcanzar. También allí la vista era impresionante:


Y aquí empezó lo bueno. Estábamos en nuestra segunda cumbre y no llegábamos a las 3 horas de salida cuando, medio en broma, medio en serio, Eduardo dijo algo del estilo de "¿Nos atrevemos a subir al Tejo?".

"El Tejo" es el montecito que aparece en la parte derecha de la foto. Cerca de los 1600 metros de altitud, creemos que en la del centro de las 3 cumbres que tiene.

La respuesta de Jose fue rápida: "Pues como vosotros queráis". La mía, un poco más lenta, pero más contundente: "Con dos cojones". Y allá que fuimos. Descansamos unos minutos más y nos pusimos a descender, en dirección al camino que se ve en la foto. Cuando llegamos a él, lo hicimos en un punto que queda fuera de la foto por la izquierda, y caminamos hasta donde gira a la izquierda, entre 1.5 y 2 km más allá de donde lo cogimos.

Allí nos paramos unos minutos a almorzar, y ya bien alimentados, iniciamos el ascenso por el segundo de los barrancos que se aprecian en la foto. Al principio, todo como siempre: algo de vegetación, y un terreno algo empinado. Más adelante la cosa cambió: la pendiente aumentó y encontramos algunos pasos de roca pelada bastante empinados. Por suerte las botas nuevas se portaron estupendamente y aguantamos como campeones... eso sí, el rato que yo fui "tirando" creo que marqué un ritmo un poco fuerte, pues Eduardo y Jose se me quedaron atrás, y de hecho, ayer y hoy he tenido algo de agujetas.

Tras un buen rato y bastante esfuerzo conseguimos llegar a la cumbre de más a la izquierda, donde Eduardo nos hizo una confesión: "Si llego a saber cómo es esto, me callo la boca...". No nos lo creímos, y seguimos hasta la segunda cumbre, la más alta, donde paramos a descansar un buen rato y casi agotamos nuestras reservas de agua.

Tras descansar un poco, volvimos a bajar, y aunque eso fue bastante más leve que la subida, al llegar al camino aún tuvimos que hacer otros 3 km a pie hasta llegar al coche. Para entonces, yo ya empezaba a enrojecer...

Y luego vino lo "bueno": ya estábamos volviendo, y llevábamos 11km en dirección a Moratalla cuando nos encontramos la carretera cortada por un Rally que estaban celebrando como parte de las fiestas del pueblo. No habían puesto ningún aviso de que la carretera estaba cortada, y en más de 11 km no había ninguna desviación que nos permitiera salir a otra carretera que nos llevara a casa. Tuvimos que dar la vuelta y recorrer esos 11 km hasta donde habíamos dejado el coche para las ascensiones, donde el camino de tierra serpenteaba entre El Tejo y otra montaña para llegar finalmente a la carretera que iba en dirección a Caravaca.

Lo malo es que íbamos con mucho retraso. Eduardo y yo habíamos quedado a tomar café para recoger unas invitaciones a una boda, y estando a más de una hora de camino, ya era casi la hora a la que habíamos quedado. Al final, nos presentamos con más de tres cuartos de hora de retraso, sin duchar, con la ropa de montaña, y yo completamente colorado, en una de las cafeterías más pijas del pueblo...

Y para terminar, otra foto. No pretendía ser nada especial, sólo una de esas fotos que se hace uno mismo, sin darle demasiadas vueltas, pero que al pasar al ordenador me ha gustado bastante (a pesar de los pelos de punta, las gafas torcidas y el enrojecimiento de esa pantalla de cine de verano que llamo mi frente).

1 comentario:

r0 Thermodelicias dijo...

Ahora ya sabes que no se puede salir sin:

1.guantes
2.protector solar

^^

Sales bien en la foto