miércoles, 13 de junio de 2007

Mal humor y peor día.

Hoy ya me levanté predispuesto a tener un mal día. Me fui algo más tarde de lo normal a dormir, y a las 4 de la mañana me desperté por causas desconocidas.

Durante la mañana, como siempre: las cosas no terminan de salir, pero el jefe insiste en que por narices tiene que salir, así que a repetir una reacción que yo ya había probado, y que ya sabía que no funciona.

Para colmo, aunque normalmente me alegro de que algún compañero me deje echarle una mano, hoy tocaba volver a insistir con el gases-masas... está claro que no nos lo quieren dejar usar, y a mí me toca insistir porque soy el único que tiene contacto con el "dueño" del equipo... Lo peor del caso es que después de estar llamando 3 días, me dicen que me plante allí para ver qué pasa. Ni que decir que no me hacía ninguna gracia, así que cuando la compañera que quiere usar el aparato me llama para enterarse de si ya había ido, le digo que no, que nadie me ha dicho que tenía que ir. La respuesta, me ha provocado un buen cabreo: "¿No te ha dicho nada el jefe? Tendré que hablar con él, porque no me hace ni caso...". En definitiva: me está dando la orden de ir indirectamente, a través del jefe. Y se supone que ella y yo estamos al mismo nivel, y ni ella tiene por qué mandarme nada, ni yo por qué hacerle caso... pero claro, por eso recurre al jefe.

El jefe. Otro bueno. Esta mañana ya me ha dicho que tengo que centrarme en lo mío y dejar de apoyar a los demás... y eso después de mandarme de paseo para que la otra pueda usar el gases-masas (y al final el tema ha quedado en el aire, como ya imaginaba). Pero lo de esta tarde ya ha sido de órdago: me ha echado la bronca en plan "pa ti haces", porque no me ve poner reacciones...

Lo malo es que tiene razón: últimamente, no pongo más que una cada vez, y hay días (bastantes) que ni eso. ¿Por qué? Pues porque las cosas no salen, y eso desanima. Especialmente cuando se trata de repetir una y otra vez las mismas reacciones cambiando ligeramente alguna de las condiciones. Y claro, el resultado no cambia. Así que acudo al jefe: otro ligero cambio de condiciones, y a volver a intentarlo. Está claro que él tampoco tiene idea de lo que falla, y tampoco me proporciona soluciones suficientes como para tener la carga de trabajo que me exige.

Eso sí, algo bueno sí ha salido de esta tarde: tengo libertad para pedir material de laboratorio (siempre pasando antes por él, claro), y sobre todo, al pedirme iniciativa por mi parte, me ha dado carta blanca para hacer los ensayos que me parezca oportuno. Y es algo que pienso aprovechar.

Bueno, y también, aunque menos importante, he tenido la satisfacción de que tenga que tragarse el "si es que no sabes" que me tenía preparado si llega a salir la reacción de hoy, repetición de una hecha hace tiempo pero a mayor temperatura, cómo no, a instancias de él, dado que "tiene que salir así por narices".

Pero aún así, estoy harto. Harto de todo.

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