domingo, 3 de junio de 2007

Magia

Una vez más, todo ha sido una ilusión.

Una imagen mental creada al agitar el mago los dedos, unas volutas de humo transformadas en magia por la fantasía de aquel que quiere creer.

Sin embargo, tras el destello inicial, todo vuelve a la oscuridad y el humo se disipa; entonces, el mago Destino se da la vuelta para preparar el próximo truco, ocultando la sonrisa maliciosa de quien se burla una y otra vez de la ingenuidad de su público.

Ese público que pasa, sin escarmentar jamás, una y otra vez del asombro y la incredulidad al absoluto convencimiento del milagro, y finalmente, a la gran decepción que supone haber vivido la efímera ilusión para despertar al instante y ver que todo ha sido un sueño: la realidad sigue ahí, inamovible e inapelable, por mucho que uno quiera convencerse de lo contrario.

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