martes, 9 de enero de 2007

La vuelta al trabajo

Aunque el día "oficial" del retorno era ayer, no se puede decir que trabajáramos demasiado. Sospechábamos que el primer día después de las vacaciones sería "ligero", como sucedió a principios de septiembre, según el jefe, para "combatir el estrés postvacacional".

Sin embargo, todos esperábamos el regreso con una mezcla de alegría por el reencuentro, al menos en mi caso, y miedo, pues los veteranos habíamos avisado: en periodos vacacionales el jefe aprovecha para cargar las pilas y darle al coco inventando nuevas labores para nosotros, preparándonos los deberes, casi en sentido literal, puesto que el año pasado en un par de ocasiones volvió de vacaciones o algún puente con un folio para cada uno de nosotros, donde había escrito e impreso en qué consistiría nuestro trabajo durante los próximos meses.

También había cierta impaciencia por recibir estos deberes, ya que muchos no sabíamos por dónde seguir trabajando, pues habíamos terminado nuestros encargos anteriores, y aún no habíamos recibido los nuevos.

Y, contrariamente a lo que todos esperábamos, no ha habido hojas de deberes. Esta vez, el jefe ha debido pasar las navidades bien entretenido, porque no ha tenido tiempo de buscar ocupaciones para todos nosotros, así que el día de hoy, especialmente la tarde, se ha hecho interminable. Y aunque parecía que las manecillas del reloj se empeñaban en atrancarse y no avanzar, mientras vagábamos por los laboratorios con una mezcla de aburrimiento por la falta de ocupación, cansancio por la costumbre perdida de aguantar toda la tarde en la universidad, y la desesperación de ver que el tiempo apenas pasa por mucho que uno se esfuerce en no darse prisa.

No hay comentarios: