domingo, 24 de diciembre de 2006

La otra navidad

Cuando somos pequeños, la Navidad es algo maravilloso: no hay clase, hay regalos, árbol, Belén, Papá Noel, turrón, polvorones, y un montón de cosas más.

Ahora, unos cuantos años después, sin familia, con mis padres separados, y sin pareja, la Navidad tiene un aspecto muy diferente.

Por todas partes nos venden la idea de la navidad en familia, la alegría de compartir las fiestas y los regalos con los nuestros... pero cuando la familia siempre ha estado tan lejos que es como si no existiera, cuando ni los padres están juntos, en lugar de alegría sólo hay soledad, y en estas fechas, ni los amigos ayudan, porque ellos sí tienen familia con la que estar.

No hay clase... hace años que no. No hay trabajo, así que tampoco hay compañeros. ¿Regalos? un pack de 5 pares de calcetines y un rompecabezas que no supo guardar su secreto ni 2 minutos. ¿Árbol? casi mejor que no lo haya. En el Belén nunca hemos creído. ¿Papá Noel? Quizás con unos cuantos (bastantes) años menos...

Al final sólo quedan tres cosas: los dulces navideños, el sentimiento de culpa por abusar de ellos, y sobre todo, un gran, gran vacío.

No hay comentarios: