martes, 17 de julio de 2007

Tambores de guerra

Hoy ha vuelto a abrirse la caja de los truenos, y como consecuencia, las vacaciones vuelven a alejarse una semana. Todo a cuenta de los cortes de electricidad en las facultades por mantenimiento eléctrico.

Resulta que mis compañeros sabían ya desde la semana pasada que ayer les tocaría mantenimiento en su edificio, y que estarían toda la tarde sin luz, así que le plantearon a mi jefe tomarse libre esa tarde. Él no dijo nada en contra. Sin embargo, durante el fin de semana debe haber cambiado de idea, y ayer por la tarde se encendió con el tema. Y cómo no, el amigo "Shakiro" le estuvo malmetiendo. Resultado: que esta mañana le decimos que hoy toca el mantenimiento en nuestro edificio, y que para aprovechar el día, le proponemos hacer jornada intensiva y tenerlo todo terminado para cuando corten la luz. Ni nos ha escuchado, y por supuesto, bronca al canto.

Al cabo de un rato, ha salido del despacho, nos ha colgado una nota junto a la puerta y se ha ido, sin decir mucho más. Al otro laboratorio ha llegado encendidísimo. No ha dejado ni hablar a mis compañeros. Les ha soltado el mismo discursito que a nosotros, les ha colgado la misma nota, y aún encendido como un tomate, se ha vuelto a marchar.

El contenido de la nota se resume en estos tres puntos:
- Vacaciones del 1 de agosto en adelante. Ni una sola tarde libre hasta entonces.
- Informe de todo lo hecho por cada uno desde enero para el día 26.
- A partir de septiembre, se ficha con tarjeta para saber cuando entra y sale cada uno.

Básicamente, el contenido se resume en que revoca lo que dijo de librar las tardes del viernes que nos queda y que el 25 fiesta de despedida, el 26 para atar cabos sueltos, y el 27 ya vacaciones (por supuesto, sin tener en cuenta que alguno hayamos podido hacer alguna reserva que no podamos cancelar sin perder el dinero), y tanto eso como los otros dos puntos son "pa joder".

Entre eso y alguna otra fantasmada, mis compañeros han cogido un cabreo tremendo. Habían decidido hacer un plante en su despacho a las 12 de hoy, pero mientras esperaban a que llegase una compañera, el otro se ha escapado a hacer unos recados unos 15 minutos antes de la "hora cero". Luego no ha habido forma de pillarle, y para esta tarde, los ánimos ya estaban calmados, y todo ha quedado en que se ignoraban entre ellos (mis compañeros a mi jefe y viceversa).

Al final, mañana me va a tocar a mí coger la famosa nota, tirar de aplomo, e intentar hacerle ver al jefe que lo único que va a conseguir con esa nota es crear mal ambiente, y que el que más necesita coger vacaciones cuanto antes es él mismo, porque si hay algo que no sabe hacer es soportar el estrés. No hay más que verlo: en cuanto viene estresado, acabamos todos enfadados.

Quién me mandará a mí meterme en estos berenjenales...

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